„La Vida Loca” es un documental realizado por el fotoperiodista y cineasta hispano-francés Christian Poveda durante 16 meses de convivencia con los miembros de la „Mara 18”, una de las principales agrupaciones pandilleras de El Salvador. El rodaje tuvo lugar en la comunidad de „La Campanera”, ubicada en el este de San Salvador, donde habita la totalidad de los pandilleros que aparecen en el documental. Filmado con cámara al hombro, „La Vida Loca” recoge la cotidianidad de los miembros de esta mara, que se caracteriza por tener su propio lenguaje, tatuajes, códigos y elevados niveles de agresividad, violencia y criminalidad. Esta pandilla y la „Mara Salvatrucha”, iguales una y otra en crueldad, impulsadas por la negación de todo y la muerte, viven una guerra sin piedad. Algunos de estos jóvenes fueron asesinados en el transcurso de la grabación, tal y como muestra el documental.
El 2 de septiembre de 2009, el mismo Poveda cayó víctima de esta guerra, pocos días antes del estreno de „La Vida Loca” en su país de origen, Francia. El fotógrafo ha sido encontrado asesinado en una carretera al norte de San Salvador. Aunque en su película él identifica a los pandilleros de la „Mara 18” más como víctimas del sistema que como crueles verdugos, parece que los asesinos fueron precisamente unos de los miembros de esta pandilla. Según la Fiscalía de San Salvador, "para los pandilleros, él (Poveda) estaba filtrando información a la Policía, lo que les impedía ingresar y controlar otras zonas del país".
El documental
El fotoperiodista relató a BBC Mundo que la clave para realizar el filme fue el trabajo a largo plazo. "Les interesó porque los pandilleros estaban un poco hartos de periodistas que llegaban, se quedaban dos horas, hacían fotos buscando cosas espectaculares y se iban".
A través de este documental, Poveda quiso mostrar al mundo la dura realidad de San Salvador, la violencia juvenil y la vida real y deprimente de cada marero. Según sus propias palabras: “No me interesé en el pandillero asesino y ladrón, sino en la persona, en el ser humano”. En saber por qué esos jovenes a los 13, 14 o 15 años deciden integrarse a una pandilla, con todo lo que implica ésta integración. “No te integras a una pandilla como a un partido de fútbol: le estás ofreciendo tu vida a la pandilla”. Cuando BBC Mundo conversó con Poveda, él se resistía a aceptar que un niño nazca para matar. "Un niño de 12, 13, 14 años, que empieza integrándose a la pandilla, lo puedes recuperar. Un loco con la cara toda tatuada, que ha matado 20 personas, no. Claro eso pide trabajo, pide dinero, pide personal, el problema es que en este país no hay dinero, ni formación de personal".
El director
Christian Poveda, nacido en Francia en 1955, era hijo de exiliados españoles de la Guerra Civil. Se dio a conocer como fotoperiodista con un reportaje sobre la lucha del Frente Polisario, en el Sahara Occidental. A lo largo de su carrera, cubrió además la invasión en el Sahara occidental, la invasión norteamericana en la isla de Grenada, el fin del gobierno militar en Argentina, el décimo aniversario del golpe militar en Chile y la guerra civil de El Salvador, que desgarró la nación entre 1980 y 1992.
Pero en la última década cambió el fotoperiodismo por el cine documental. Con „La Vida Loca” participó en diversos festivales como en San Sebastian, Morelia, La Habana, San Luis, Helsinski y Gothenburg.
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